El origen del inmueble data de 1925, año en que el matrimonio formado por Antonio y Silvestra edifica la casa. Dada su prosperidad, construyen un edificio grande y espacioso, destinado no sólo a ser su hogar, sino también la sede de su negocio, pues convierten la planta baja en un horno de venta al público.

Sin embargo, los dos hijos del matrimonio fallecen, uno luchando en la Guerra Civil y el otro debido a una enfermedad infantil. Entristecidos por el suceso, Antonio y Silvestra se entregan a los cuidados de Presentación, la sobrina de ella, quien vela por ellos y por la casa.

Tras su muerte, Presentación hereda la casa, que comparte con su marido, Ernesto. Juntos deciden transformarla por entero, cerrando el horno y convirtiendo el piso de abajo en su hogar.

Restaurada en 2008 por la hija de Ernesto y Presentación, llamada igual que su madre, la casa ha sido adaptada ahora a la estancia de huéspedes, ofreciendo todas las comodidades en un ambiente tradicional valenciano.